Te quiero, viejo

De ojos marrones y sonrisa irónica (no me critiquen esos rasgos), cabellos crespos y negros (eso se lo puedo agradecer), moreno y alto (justo lo que no pude heredar), ése es mi padre. El que a los ocho años me presentó los videojuegos y los deportes pretendiendo que opte por uno de ellos como deporte, lástima que elegí lo primero y aunque no me volví ludópata de inmediato debo agradecerle los saltos repentinos en las noches (quizás los extraño).

Fuma y es campeón local de billar, mi madre no los considera virtudes y puede pasar un día recordándole todos sus malos hábitos ("vicios", como ella llama a sus aficiones); pero yo vivo exigiéndole que me enseñe lo segundo, porque a lo primero ya renuncié y no por mamá, acerca del billar se niega a dejarme ese legado.

Disfruta de hacer bromas y recordarle sus defectos a los demás (ahora mis amigos saben de donde lo herede), aunque es muy gracioso, mi madre insiste en que es muy cruel, bueno ni ella se ha salvado de ello y mis hermanos viven resignados (creo que ya lo disfrutan, se ríen).

Aprista, aunque ello signifique que el resto de mi familia lo critique (menos yo), pero admite la homosexualidad de Haya de la Torre y hace las mejores bromas de ese hecho.  Él es así, fiel a su partido, aunque es un “aprista sin carné”, como yo le digo, cada vez que quiero burlarme y no se me ocurre otra cosa (y es que el talento para las bromas él lo tiene más desarrollado).

Critica mucho como pienso (odio eso). Felicita algunas cosas que hago y es a quien le puedo contar lo que siento (así no lo acepte) sin restricciones (lo siento mamá, es cierto). Tal vez deba mencionar que la mayoría de veces pensamos igual (ahora mamá debe estar más enojada)

Es el culpable de mi agnosticismo (lo acepte o no), pues recuerdo cuando niña me contaba la historia del catolicismo y analizaba argumentos delante mío, bueno, los entendí y a él agradezco pensar como pienso.

Mis abuelitos (sus papás) creen que todavía conserva muchos rasgos de su infancia, por su espontaneidad y entusiasmo, bueno ya es imposible que cambie o como mi madre diría: que madure (no es lo que quiero, él es así ¡tal cual está perfecto!).

¿Debería llamarlo papá o amigo? Porque eso es lo que él ha sido para mi siempre.
Puedes seguir contándome tus historias, Yuri y puedes seguir criticándome también, pues eres parte importante mía.

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