Hacia algún lugar

Es increible lo que el tiempo puede hacer, dicen que cura heridas, algo asi; desgasta ilusiones, también; te obliga a reflexionar, èsta es la prueba.

Mientras el vehículo recorre la carretera hacia el lugar que ansío llegar innumerables pensamientos vienen a mi cabeza, cosas que hice y que no hice,lo que dije y lo que no, sin arrepentirme claro (no es parte mìa).

Nos detenemos. Mamá desea tomar un café (como amo el café). Despierto y continuo. Ya extrañaba mi mirada sobre los caminos que voy dejando. Àrboles, árboles, prados, postes, casas (y también cosas), personas (a las que no había antes y a las que probablemente yo no les preocupe nada y no es un reproche), puentes y en consecuencia ríos (aunque sería al revés), los tùneles y su oscuridad (la luz al final). No puedo dejar el mòvil ni la mùsica, en el “auto” sin cobertura y en la parada de tu cintura, con aires superiores a mì y continua.

Pienso. ¿Què si hay cosas que extraño? Mi computadora, poder ver mi muro en el facebook y el home del twitter, el aroma de mi cama, mis cuatro relojes, el espejo que a veces miente (en mi favor claro), el pequeño televisor de mi habitaciòn y el tiempo para sentarme a escribir.

¿Si extraño a alguien? Mi papà y su sentido del humor, los gritos de mi hermana, el llamado de mi abuela, a mi abuelo justificando mis salidas, alborotos cortesìa de mis hermanitas, la actitud de mi hermano y por supuesto las geniales conversaciones con mis amigos.

¿Què es lo que siempre llevo? El celular, mp3 (tambièn discos si la tecnologìa no està en todas partes), audifonos, un libro, pelìculas, documentos (que afirmen que soy yo, vaya) y mis llaves.

La razón de este post: Nostalgia.