Extraviada


Lucho por encontrarme a cada instante y a veces me encuentro en ti, en tu mirada oculta, difícil de acceder. 
¡Encontré la melodía perfecta! Ésa que nos hará volar. Los acordes precisos para despegar y las notas perfectas para soñar.
Quiero ser la niña mala, de nuestra historia de travesuras, tú encajas como el niño bueno que siempre me salvará de todas.
Ayer soñé que era la Patricia de Mario. La musa de Neruda y en algunos casos tu inspiración.
Las palabras han estado llegando a mí. Poco a poco. Por eso aprovecho está noche, tal vez lo puedas entender (como dice la canción). Ven, ven. Lento, lento. Detente.  Si vivir es jugar, vamos a seguir jugando. Con gloria y tal vez pena. Voy a animarme a vivir dos veces. Soy el remedio sin receta y tú mi enfermedad. Calamaro tiene razón.
Ahora que ha vuelto a mí la soledad (aunque nunca me dejó), pienso en invertir el tiempo de mis manos, gastar mi teclado y terminar mis pendientes. 

“Quiero llevarte conmigo y no voy a ninguna parte”.

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